- Precisamente, nada -dijo Isabel.
-Entonces, explícate; no comprendo.
Ella vaciló; evidentemente él nunca había hablado de separarse un día de su mujer, nunca había prometido nada, en un sentido era inatacable.
- ¿Verdaderamente estás contento así? -dijo Isabel-.
Yo colocaba nuestro amor más alto. ¿Qué intimidad tenemos? Nos vemos en los restaurantes, en los bares o en la cama. Son encuentros; yo quería una vida en común contigo.
- Estás delirando, querida -dijo Claudio-.¿Que no hay intimidad entre nosotros? Pero no hay uno solo de mis pensamientos que yo no comparta contigo; me comprendes tan maravillosamente.
*
"Eres tan simple en el fondo; nunca te has dado cuenta de que yo no era feliz.-Te atormentas porque quieres -dijo Claudio.
-Quizá te quiero demasiado -dijo Isabel soñadora-.
Quise darte más de lo que podías recibir. Y si uno es sincero, dar es una manera de exigir. Todo es culpa mía, creo.
.
*
-¿Te parece verdaderamente tan extraordinario? -preguntó Isabel-.Compréndeme, siempre te querré mucho; pero ya no esperaré nada de ti y, por mi parte, recobraré mi libertad. ¿No es mejor así?
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario