Retratos de Antinoo: abundan, van de lo incomparable a lo mediocre. Todos, a pesar de las variaciones debidas al arte del escultor o a la edad del modelo, con la diferencia que existe entre los retratos hechos ante la imagen viva y los retratos ejecutados en honor al muerto, sorprenden por el increíble realismo de esa figura siempre reconocida de inmediato y sin embargo interpretada de maneras tan diveras, por ejemplo, único en la Antiguedad, de supervivencia y de multiplicación en la piedra de un rostro que no fue ni el de un hombre de Estado ni el de un filósofo, sino simplemente el de alguien que fue amado
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