Todo pasa rápido; las cosas se deslizan y se van, eso me duele. Cuando era chica no quería que nada terminase. Me dolía ir al cine. Veía la muerte de Ana Bolena y después entraba a otro cine y veía a un negro en una pasarela que, para mí, era Ana Bolena que se había transformado en esa otra persona.
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