_.-

(...) comprendí que el campo de la impuntualidad no está solo en lo después de lo puntual, zona de lo tardío, sino en lo prematuro, zona del "estar verde" todavía.


*
Sin embargo, quizá, con mi ir el día antes, conseguí un resultado perverso de despojo de la puntualidad ajena, pues hice al momento inasistentes a todos.


*
Pero, como digo, no es éste el brindis; ahora es el profundo desahogo de haber faltado a todo aquello a que asistí, por mi condición delgada y pequeña de físico, de inadvertible, a quien por extraña arbitrariedad no le fue dada nunca la presencia completa, haciéndome el perpetuo impresenciado; mi minusculidad hízome parecer en cualquier lugar que no estaba allí todavía, como un existente con pero, un "ya, pero", siempre un "recién" de llegar de la Nada; aún menos que llegar: un no quedado en la Nada, llegar es demasiado positivo.


*
Fue demasiado grave para un principiante: caí diez metros seguidos, orientado en perfecta vertical y sin entretenerme nada en el trayecto como siempre se me ha recomendado en los "mandados": todo lo hice sin ayuda.


*
(...) tropecé , mientras le hablaba, tan violentamente hacia adelante, que alcancé las palabras que acabada de pronunciar: me oí a mí mismo y tuve oportunidad de corregir un cierto gran disparate comenzado en ellas



*
(...) tenían por momentos la incomodidad de dudar de si no faltaría todavía algo que dejar de hacer, que a lo mejor habían descuidado de omitir (...)



*
Hubiera dado cualquier distancia para no estar allí (...)



*
¿Quizá no lo sabías y sin saberlo no hubieras podido olvidarlo nunca?


*
Tan todo es su instante que nada se altera, todo es eterno, y la cosa más incolora es infinita en sugestión y profundidad.


*
Pero no leer es algo así como un mutismo pasivo, escribir es el verdadero modo de no leer y de vengarse de haber leído tanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario