como si se marchitaran en remotos jardines del cielo;
caen con gestos de rechazo.
Y en las noches cae la pesada tierra
desde todas las estrellas a la soledad.
Todos caemos. Esta mano cae.
Y mira las otras: en todas es igual.
Y no obstante hay Uno que con dulzura infinita
contiene estas caídas en sus manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario