Siempre pienso en usted y son incontables las veces en que quise escribirle. Pero siempre quería que llegara un instante único, privilegiado, separado de los otros, no parecido a ningún otro, para enviarle unas líneas que le dijeran de la manera más pura cuánto lo recuerdo y qué terriblemente importante ha sido-es- haber conocido su voz, sus voces

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