Lo pequeño duerme, y es niño
un latido lo cruza
de lado a lado
como una lengua extranjera
de brillo purpúreo, alimenta
movimientos diminutos embriagados
por la espesura
de correr la noche con ojos semiabiertos
Tanto pulsar mata
el deseo,
un lugar de redención donde
lo simple se repliega
en pestañitas de lava
un movimiento dispar
a veces más leve
que el roce
de una violeta fatídica
o extremo impaciente y
quedarse quieto,
mirarla
voltearse
y es niña.
ayy que sorpresa encontrarme aquí!
ResponderEliminarqué susto y gusto recalcinado!!
los poemitas cambiaron pero son los de antaño
pasate
filosdeboca@blogspot.com
Cómo no ibas a estar, nenina!
ResponderEliminarPaso y me quedo
abrazos por montones