Lo pequeño duerme, y es niño
un latido lo cruza
de lado a lado
como una lengua extranjera
de brillo purpúreo, alimenta
movimientos diminutos embriagados
por la espesura
de correr la noche con ojos semiabiertos
Tanto pulsar mata
el deseo,
un lugar de redención donde
lo simple se repliega
en pestañitas de lava
un movimiento dispar
a veces más leve
que el roce
de una violeta fatídica
o extremo impaciente y
quedarse quieto,
mirarla
voltearse
y es niña.

2 comentarios:

  1. ayy que sorpresa encontrarme aquí!
    qué susto y gusto recalcinado!!

    los poemitas cambiaron pero son los de antaño

    pasate
    filosdeboca@blogspot.com

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  2. Cómo no ibas a estar, nenina!

    Paso y me quedo

    abrazos por montones

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