"Nosotros dos aún" /personalísima selección/

*
De esperanza me hubiera bastado un arroyito. Pero te llevaste todo. El sonido que vibra me fue quitado.
*
No supiste jugar. Atrapaste las cuerdas. Pero no supiste tocar. Lo destrozaste todo en seguida. Rompiste el violín. Arrojaste una llama sobre la piel de seda para formar un horrible pantano de sangre.
*
Su felicidad reía en su alma. Pero todo era un engaño. No duró mucho esa risa.
*Ella estaba en un tren que rodaba hacia el mar. Estaba en un cohete que enfilaba hacia las piedras. Se abalanzaba aunque inmóvil sobre la serpiente de fuego que iba a consumirla. Y de pronto estuvo allí, sorpendiendo a la confiada mientras peinaba su cabellera y contemplaba su desdicha en el espejo
*
Desalojada de sí misma, busca cómo volver. El vacío en donde maniobra no responde a sus movimientos.
*
Lentamente, en el granero, su trigo arde.
*
De este lado quedamos aturdidos. No tuvimos tiempo de decir adiós. No tuvimos tiempo para una promesa.
Ella habia desaparecido de la película de esta tierra.
*
Yo desconocía mi vida. Mi vida pasaba a través tuyo. Se volvía simple este gran asunto complicado. Se volvía simple a pesar de la preocupación.
Tu debilidad, cuando se apoyaba en mí me sentía fortalecido.
*
Dime, ¿de verdad no volveremos a encontrarnos nunca más?
*
(...) Hablo una lengua muerta ahora que ya no te hablo. Tus grandes esfuerzos de liana en mí, lo ves, han tenido éxito. ¿Lo ves al menos? Es verdad que nunca lo dudaste. Hacia falta un ciego como yo, le hacia falta tiempo (...)
*
Tarde lo ví. Tarde lo supe. Tarde aprendí "juntos" lo que no parecía estar en mi destino. Aunque no demasiado tarde. Los años pasaron para nosotros, no contra nosotros.
*
Nuestras sombras respiraron juntas. Debajo de nosotros las aguas del río de los acontecimientos fluían casi en silencio.
Nuestras sombras respiraban juntas y todo era cubierto por ellas.
*
Tuve frío con tu frío. Bebí sorbos de tu pena. Nos perdíamos en el lago de nuestros intercambios.
*
Rico con un amor inmerecido, rico que ignoraba serlo con la inconciencia de los poseedores, perdí ser amado. Mi fortuna se consumió en un día.
*
Árida, se reanuda mi vida. Pero no me repongo. Mi cuerpo sigue estando en tu cuerpo delicioso y unas antenas plumosas en mi pecho me hacen sufrir con el soplo de la resaca. La que ya no está, aferra, y su ausencia devoradora me invade y me corroe.
*
El que está solo, de noche se vuelve hacia la pared para hablarte. Sabe lo que te animaba. Viene a compartir el día. Ha observado con tus ojos. Ha escuchado con tus oídos. Siempre tiene cosas para decirte.
*
¿No me responderás algún día?
*
Pero acaso tu persona se haya vuelto como un aire de época de nieve que entra por esa ventana que uno vuelve a cerrar presa de temblores o de un malestar vaticinador de un drama, como me sucedió hace unas semnas. El frío cayó rápido sobre mis hombros y me tapé rápidamente, me aparté cuando tal vez eras tú y lo más cálida que podías ponerte, esperando ser recibida; tú, tan lúcida, ya no podías expresarte de otro modo. Quién sabe si en este mismo momento no esperas ansiosa que yo al fin comprenda y vaya, lejos de la vida donde ya no estás, a reunirme contigo, pobremente, de verdad pobremente, sin medios, pero nosotros dos aún, nosotros dos...
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario