Fragmentos

Y sin embargo, las estatuas
se inclinan a veces, partiendo en dos
al deseo, como se parte un durazno. Y la llama
se vuelve entonces beso sobre los movimientos y sollozo;
luego, fresca hojarasca que se lleva el viento.
Las estatuas se inclinan, se alivianan, adquieren un peso
humano.
No lo olvides.

-"Las estatuas están en el museo"
-No, ellas te persiguen ¿No lo has advertido acaso?
Digo que te persiguen con sus miembros
tronchados,
con su rostro antiguo que no conociste entonces,
pero que reconoces, sin embargo.

Las estatuas se inclinan levemente.


*
La cabeza caía en el sueño en cuanto yo salía del sueño:
así se juntaron nuestras vidas, que resultaría muy arduo
ahora, disociar.

*
hacían como los árboles y las olas,
que soportan el viento y la lluvia,
que soportan el sol y la noche
y, en el corazón de los cambios, permanecen sin cambiar

*
para escribir las cartas que te hemos escrito
hace ya muchos meses y arrojamos
al corazón de la separación, para calmarla.

*
cuando quiero estar solo busco
la soledad, no esta espera,
ni este desmigajarse del alma en el horizonte,
ni estos colores, ni estas líneas, ni este silencio

*
el sueño te desplaza, te desdobla
en torno a mí, muy junto a mí, sin yo logre tocarte
enteramente,
tan unida estás a su silencio.


*
Lamento haber dejado pasar un vasto río entre mis dedos
sin beber una gota de él.
Ahora me hundo en la piedra.


*
manos con gestos de pájaros rayando el cielo


*
tus manos tenían el peso de la mano en el agua,
en las grutas del mar; una leve gravedad, librada de
inquietudes

*
así conocí a las mujeres que sólo llevan medias por
vestimenta,
las mujeres que uno elige, sí, esas mismas.

*
el poeta se demora contemplando las piedras

No hay comentarios:

Publicar un comentario