carta VII
mi querida: he escrito “se disuelve mi dogma
a medida que amo” y he sentido cierta felicidad
como ante el descubrimiento de un rostro verdadero
pero dirás qué es verdadero y bajarás triste
la cabeza ante la debilidad de las palabras
oigo voces al lado y el sentido de algunas
perfora mi instante de armonía: personas
al borde de un estado del cuerpo donde la idea
es única y el deseo sencillo:
tener más ser más no escuchar
*
carta XI
mi querida: ¿qué seria de nosotras sin ese hombre
su lugar preciado que no nos deja ver
o tan lejos que se ama la ausencia?
el teléfono la línea el hilo delgado de la voz:
nuestro secreto de cada lado del aire
y en el centro del aire las palabras que ríen
nuestro secreto: ese hombre viéndonos reír
así las cosas: ¿ que sería de nosotras sin nosotras
tan cerca aún cuando los niños ocupen lugar
y ese hombre preciado su cama?
*
carta XIII
mi querida: ese hombre me pone la mano encima
y yo recuerdo unos versos propios y antiguos
brillando en lo ajeno de la idea que se cumple
en ellos –esos versos- mi costado desea acostumbrarse
al peso de una mano
de lo junto del dormir deviene la costumbre de esa mano
de ese peso adecuado se hace el poema
entonces: allí decía un peso del cual no se podía
hablar más que fuera del poema
allí decía una nimiedad que aun hoy conmueve
mi estar despierta: una mano
puesta en el costado es todo
querida: ese hombre me pone la mano encima
y pienso en un destino: carne de letra
que va de los restos a una enteridad:
carne que se construye en un rescate
y recompone hace cóncavo
lo que el olvido elige para posar la mano
ese hombre me pone la mano encima
por lo que olvido un destino para tener destino:
la letra con sangre entra oigo decir
y algo del orden del sueño se acuesta conmigo
ahora no soy un tesoro soy un cofre
un pacto una comunión pasajera me atan
un gran amor me ata a este fondo del mar
cuando él pone su mano en mi costado pierdo
la paz de estar sola
recuerdo como quien despierta
y vuelvo a pensar en un destino para olvidarme de él
¿ debo a esa mano algo más que una curva
del dormir
que una felicidad en el acto de la vida?
donde las palabras sobran
¿ las palabras obran mi querida? ¿es esto
entonces todo? ese hombre su ponerme
la mano encima y lo otro que se escucha
¿ese será el secreto?
mi querida: ese hombre me pone la mano encima
¿qué debo hacer?
*
carta XV
mi querida: cada hombre pide otra cosa
y me pregunto si al repartirse como el pan
una no está en el mejor lugar: la boca de otros
ese hombre me ha pedido una carta:
¿ necesita o sólo pide para gozar de mí?
estar en la boca de otros mientras una
no está mas que en su cueva rumiando
(he sido herida por un ojo pequeño en la luz
pequeños roces del amor diverso que se arma
relatos que no abandonan ni cuerpo ni cabeza
siempre la herida es lo que parpadea)
cada hombre pide otra cosa y una no está
para estos trotes una está para una
manera de repartirse como el pan: endurecida
por la exposición del aire el tiempo que hace
y ese hombre ahora ha pedido una carta:
yo le escribo ésta para vos donde está ausente
y espero de la escritura un buen camino
yo le escribo y me pregunto si al repartirse
como el pan masticada y nutricia
una no está en boca de todos que es el mejor lugar
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