¿Qué hay de más sensual?
Los monjes en el cantochao.
Perfumo como sólo puede hacerlo
una flor toda abierta,
despierta la espumita rosa
contra el melancólico y el gris.
"Un día veremos a Dios con nuestra carne".
No es el espíritu quien lo sabe,
es el cuerpo mismo,
el oído,
el canal lacrimal,
el pecho aprendiendo:
respirar es difícil.
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