En ese entonces íbamos a un colegio de monjas con mi hermana; los sábados por la tarde nos pasaban cine y siempre que la pareja estaba a punto de besarse se cortaba la película y aparecía la imagen de una señora china que se abanicaba. Cuando el beso había pasado reaparecía la película. De ahí nos quedó un dicho, cuando alguien mostraba indiferencia decíamos: "Sí, sí, Fulano se abanicaba en China"

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